A pesar de su mala prensa, el colesterol el imprescindible para la vida. Interviene en la formación de los ácidos biliares, necesarios para la digestión de las grasas. A partir de él se sintetizan las hormonas sexuales, el cortisol o la vitamina D. Además, el colesterol es un componente esencial de las membranas que recubren las células, regulando entre otras cosas su fluidez.
El colesterol procede de dos fuentes. Una parte la produce nuestro propio organismo en casi todos los tejidos, pero principalmente en el hígado. Otra parte la ingerimos a través de los alimentos, sobre todo los de origen animal (embutidos, vísceras, huevos, quesos grasos…)
Se distribuye, a través de la sangre a diferentes sistemas del organismo. Como grasa que es, es insoluble en agua y no puede circular libre a través de la sangre. Para ser transportado necesita unirse a unas proteínas, denominadas lipoproteínas, algunas de las cuales se miden para indicar el nivel de colesterol.
Además de procurar mantener los niveles de colesterol en sangre por debajo de los 200 mg/dl, también es muy importante mantener bajas las tasas de LDL y altas las de HDL, ya que son un factor cardioprotector.
Los principales riesgos del exceso de colesterol pasan porque se deposite en la parte interna de las arterias, obstruyéndolas y provocando problemas cardiovasculares como infarto de miocardio, trombosis, accidente cerebrovascular, etc. También puede provocar afecciones hepáticas y biliares.
Tener unos niveles de colesterol inadecuados no produce síntomas. El único modo de comprobarlo es mediante una analítica en sangre que nos indicará en qué situación nos encontramos. Se recomienda un control anual.
Se considera que el colesterol total por debajo de 200 mg/dl es normal. Entre 200 y 240 mg/dl se considera hipercolesterolemia, pero dentro de la normalidad, y por encima de 240 el nivel es alto.
Según una encuesta de la Fundación Española del Corazón, “7 de cada 10 encuestados no se había hecho ninguna revisión de sus niveles de colesterol durante la pandemia por miedo al contagio y a la falta de disponibilidad médica”. Este dato es preocupante, ya que se estima que uno cada dos adultos en España tienen colesterol elevado, y unos niveles altos están detrás de un buen número de enfermedades cardiovasculares.
La edad o la carga genética son factores que influyen en el colesterol y sobre los que nada podemos hacer. Sin embargo, hay hábitos que podemos modificar para ayudar a mantener unos niveles de colesterol adecuados. En general, un estilo de vida saludable, en el que no falte la práctica de una actividad física moderada y seguir una dieta equilibrada son dos aspectos que, fácilmente, están en nuestra mano. Toma nota de los alimentos que debes incorporar a tus menús diarios.
Suplementos que ayudan a tu corazón
Cuando la dieta no es suficiente para tener el colesterol bajo control podemos acudir, con la supervisión de un profesional, a una ayuda natural. Hay sustancias que han demostrado su acción beneficiosa para nuestra salud cardiovascular.
BERBERINA
Es el principio activo más destacado de la planta Berberis aristata. Destaca por sus propiedades hipocolesterolemiantes e hipoglucemiantes.
LEVATURA ROJA DE ARROZ
Se obtiene de la fermentación del arroz (Oryza sativa) con la levadura Monascus purpureus. Contiene unas sustancias bioactivas, como la monacolina K, que contribuye a mantener los niveles normales de lípidos en sangre reduciendo el colesterol malo y aumentando los niveles de colesterol bueno.
ALCACHOFA
La alcachofa (Cynara scolymus) inhibe la formación de colesterol en el hígado y facilita su eliminación con la bilis.
SALVIA
Diferentes investigaciones han constatado que la salvia (Salvia miltiorrhiza) es una planta que ayuda a mantener un sistema vascular sano. Entre otras acciones, disminuye el colesterol total, las LDL y los triglicéridos. También destaca por su acción antihipertensiva y antiaterosclerosa.
LECITINA DE SOJA
Este compuesto, rico en fosfolípidos, que se obtiene de los granos de soja ayuda a disminuir los niveles de colesterol total y LDL. Por su contenido en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados favorece la solubilidad del colesterol.
OMEGA 3
Los ácidos grasos omega 3 ayudan a tener una buena salud cardiovascular. Ingiriendo la cantidad adecuada de estos nutrientes podemos ayudar a reducir los triglicéridos, se ralentiza la acumulación de la placa aterosclerótica en las arterias y disminuye ligeramente la presión arterial.
AJO
Entre otras cosas contiene aliína, un compuesto azufrado que tiene propiedades hipocolesterolemiantes. Además, el ajo (Allium sativum) tiene efecto hipotensor, fluidificante de la sangre y cardioprotector.