La equinácea es una planta medicinal conocida por su capacidad para fortalecer el sistema inmunitario y ayudar al organismo a defenderse frente a infecciones. Aunque hoy en día se ha popularizado como apoyo natural durante el invierno, su uso se remonta a las antiguas comunidades nativas de América del Norte, que la empleaban para tratar heridas, infecciones y picaduras de serpiente.
Su riqueza en principios activos, como los polisacáridos, los derivados del ácido cafeico (como el ácido chicórico) y las alquilamidas, actuán estimulando las defensas de nuestro organismo y protegiendo las células del daño oxidativo.
REFUERZO DEL SISTEMA INMUNITARIO
Es su propiedad más conocida. Estimula las defensas naturales del organismo. Por eso, es una de las plantas más utilizadas en las épocas de frío o cuando nos sentimos bajos de energía. Se ha observado que puede reducir la duración e intensidad de los síntomas del resfriado común si se toma al inicio de los primeros signos de malestar.
ACTIVIDAD ANTIVIRAL Y ANTIBACTERIANA
Actúa como un escudo frente a virus y bacterias. Es una de las plantas más utilizadas para prevenir y aliviar las infecciones del tracto respiratorio superior. Varios estudios han concluido que ayuda a disminuir la frecuencia de resfriados recurrentes y mejorar la recuperación general.
EFECTO ANTIINFLAMATORIO
Se le atribuye un efecto antiinflamatorio suave. Esta característica, ayuda a aliviar molestias como la irritación de garganta o el malestar general. Su acción calmante contribuye a mejorar el bienestar y acelerar la recuperación.
ACCIÓN CICATRIZANTE
En uso externo se ha utilizado tradicionalmente sobre la piel para favorecer la curación de heridas y pequeñas irritaciones, protegiéndola de posibles infecciones y ayudando a regenerar los tejidos.